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Entrevista a Javier Bardón
1.
Cuando hablamos de caso Gürtel, ¿de qué estamos
hablando?
Estamos hablando de una de las mayores tramas de corrupción
política que se han destapado en España y probablemente la que
mayor impacto político haya tenido, ya que acabó con el gobierno
de Mariano Rajoy en 2018. Implicaba a empresarios y cargos del
Partido Popular que, durante años, amañaron contratos públicos y
desviaron enormes cantidades de dinero. El caso no solo puso en
cuestión la limpieza de la vida política, sino también la
fragilidad de los mecanismos de control que deberían haberlo
evitado. En realidad era una forma sistémica de hacer política.
2.
¿En qué momento se hizo famoso el caso?
Aunque las investigaciones comenzaron antes, el caso se hizo
realmente famoso en 2009, cuando empezaron a salir a la luz los
primeros informes de la Audiencia Nacional y los medios de
comunicación comenzaron a difundir el alcance de la trama. A
partir de ahí, se convirtió en un símbolo de la corrupción
política en España. Si hubiera que poner una fecha concreta
sería el 6 de febrero de 2009, que es cuando la policía detiene
a Francisco Correa en su ático de Sotogrande.
3.
¿Cómo se percataron de que se trataba de un caso de
corrupción?
Fue una combinación de varios factores: irregularidades en
expedientes administrativos, denuncias internas y, sobre todo,
el trabajo de la justicia y de la policía. A medida que se
investigaba, quedaba cada vez más claro que no eran errores
aislados, sino una red organizada para saquear dinero público.
En ese sentido el dossier que elaboró Ana Garrido fue
fundamental, porque permitió cotejarlo con otra denuncia que ya
estaba abierta, la de José Luis Peñas.
4.
¿Quién es Ana M. Garrido?
Ana era funcionaria en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte. Al
detectar irregularidades graves en los contratos municipales,
tomó la decisión de denunciarlas. Su testimonio resultó clave en
la instrucción del caso Gürtel y, con ello, se convirtió en una
denunciante valiente que pagó un precio muy alto, pues afectó (y
sigue afectando a día de hoy) a su vida personal, laboral,
económica, etcétera, como se recoge en el libro.
5.
¿Cuál es la postura de Ana respecto a la trama Gürtel y de qué
manera se ve implicada en ella?
Ana siempre se posicionó de manera clara: no quiso ser cómplice
del silencio ni mirar hacia otro lado. Su implicación fue la de
una persona que, al ver la corrupción de cerca, decidió actuar.
Esa decisión la convirtió en un referente ético, pero también en
blanco de represalias muy duras. Intentaron destruirla por
tierra, mar y aire, como se cuenta en el libro.
6.
¿Cuáles han sido los mayores contratiempos que le ha generado
la trama?
Las represalias han sido muchas y muy dolorosas. Perdió su
puesto de trabajo, sufrió un hostigamiento constante, vivió
episodios de aislamiento social y tuvo que enfrentarse a graves
dificultades económicas. Todo esto afectó también a su salud,
tanto física como emocional.
7.
¿Durante cuánto tiempo se ha mantenido el hostigamiento y cuál
ha sido el punto de inflexión?
El hostigamiento duró más de diez años. Fue un acoso
persistente, con presiones laborales y sociales. El punto de
inflexión llegó cuando el caso se hizo mediático y Ana comenzó a
recibir también apoyos ciudadanos y reconocimiento público. Eso
le dio un poco de fuerza frente a un proceso que parecía
interminable.
8.
¿En qué momento o situación de todo el proceso estuvo Ana a
punto de mandarlo todo a paseo?
Hubo varios momentos de desesperación, sobre todo cuando perdió
su estabilidad laboral y económica. Verse sin trabajo y
enfrentada a un sistema que parecía aplastarla le hizo pensar
más de una vez en tirar la toalla. Pero siempre encontró una
razón, ya fuera en su propio sentido de justicia o en el apoyo
de la gente, para seguir adelante. Uno de los intentos de
mandarlo todo a paseo fue cuando se mudó a Costa Rica, que es el
punto de partida donde empieza el libro.
9.
Considerando el título del libro, ¿verdaderamente consideras
que se puede calificar de confrontación?
Sí, sin duda. No se trató solo de contar lo que había visto. Fue
una confrontación directa contra un entramado de poder político
y económico que intentó silenciarla. El libro refleja esa lucha
desigual, pero también la dignidad de quien decide no callar. La
portada es un reflejo de esa lucha desigual, la lucha de una
persona contra el sistema como refleja ese dibujo que recuerda
al famoso de la plaza de Tiannanmén.
10.
¿En qué medida consideras que ha servido la confrontación de
Ana para visibilizar la corrupción?
Muchísimo. El caso Gürtel podía haberse quedado en cifras,
papeles y sentencias. Gracias a Ana, la sociedad pudo poner
rostro y nombre a lo que significa enfrentarse a la corrupción
desde dentro. Su historia ayudó a visibilizar el enorme coste
personal que tiene denunciar, pero también la importancia de
hacerlo. Es por eso por lo que el libro es fundamental para la
labor divulgativa del caso, ya que es más fácil empatizar con lo
que le pasa a una persona que con los titulares de periódico.
11.
Como en todo caso de corrupción, parece una necesidad que su
esclarecimiento sirva para algo. ¿Qué crees tú que puede
suponer la publicación del libro y qué más podemos esperar de
él?
El libro es, sobre todo, un ejercicio de memoria y de justicia.
Mantiene vivo el recuerdo de cómo se destapó la Gürtel y subraya
la necesidad de proteger a quienes denuncian. Creo que puede
servir para concienciar, para generar debate y para inspirar a
otros a no callarse ante la corrupción. Lo que podemos esperar
de él es, en definitiva, que contribuya a que lo ocurrido no se
olvide y que se avance en la protección de los denunciantes.
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